lunes, 15 de septiembre de 2014

Hemos tumbado la contrarreforma del aborto, ahora toca tumbar al PP

La amplia contestación social y el apoyo a las movilizaciones feministas han quemado la  iniciativa ultraconservadora de Gallardón. 

Hoy hemos conocido por un medio de comunicación que el gobierno no pasará a trámite parlamentario la contrarreforma sobre la interrupción voluntaria del embarazo impulsada por el ministro Gallardón. Las razones argumentadas por las fuentes del gobierno aludidas hacen referencia a motivaciones internas (genera división entre sus parlamentarios, no hay consenso interno) y se expone como uno de las iniciativas políticas que ha contribuido a que el partido de Rajoy perdiera votos en las pasadas elecciones europeas del 25 de mayo.
A nadie se le escapa que la importante movilización social, impulsada por el movimiento feminista y apoyada por partidos de izquierda y un amplio conjunto de fuerzas sociales, ha creado un estado de opinión que, desde el primer momento, se puso enfrente del gobierno. Tanto las encuestas de opinión como las declaraciones de colectivos profesionales y las movilizaciones en la calle han dejado constancia de la insensatez de la contrarreforma, del retroceso en el derecho a la salud y a una maternidad libre que implicaba la ley Gallardón y la soledad en su obstinada intromisión en la vida privada de quienes pretenden imponer una moral ultraconservadora al conjunto de la ciudadanía. Por esa vía, el partido del gobierno no gana nada, pierde crédito y apoyo en el conjunto de la población y sólo se afianza en una minoría que niega derechos a las mujeres para supuestamente velar por los no nacidos.  
Que el PP guarde en el cajón la mencionada ley es una buena noticia, sin duda. Confiemos en que ningún gobierno de ningún partido vuelva a poner sobre la mesa una reforma de esas características. Pero es lamentable pensar que un simple cálculo electoral les lleva a “parar” esa restrictiva normativa. Porque eso demuestra que los dirigentes del PP no creen en las libertades individuales y no respetan la autonomía de las mujeres para decidir su proyecto de vida, simplemente han decidido que no les conviene legislar en esta materia porque les aleja del poder.
A pesar de su mayoría absoluta, Rajoy y Gallardón han tenido que rectificar. Aunque la crónica de los portavoces populares no lo reconozcan otros actores políticos han torcido la idea inicial de impedir el aborto voluntario y situarnos en un marco legislativo de los más restrictivos de Europa que conllevaba el incremento de abortos clandestinos, los viajes para acudir a clínicas de otros países europeos y, en definitiva, hacernos retroceder más de treinta años en materia de aborto. Es el momento de agradecer a los colectivos de profesionales sanitarios, técnicos de planificación familiar, juristas, sindicatos, medios de comunicación, partidos políticos y asociaciones de mujeres que hayan impulsado manifiestos, declaraciones, encuestas, mensajes en redes sociales, manifestaciones, charlas, debates y eventos culturales  de todo tipo, toda la labor que ha permitido generar un estado de opinión favorable a la libertad de las mujeres, ha hecho crecer la indignación ante la propuesta del gobierno hasta el punto que ha permeado amplias capas de la sociedad y ha llegado a las propias filas del PP y sus votantes.
Estos actores sociales y sus múltiples movilizaciones y manifestaciones públicas han sido clave en la paralización de la ley de Gallardón y son ejemplo de que se pueden cambiar las cosas, se puede parar a un gobierno con mayoría absoluta y se puede hacer política  a favor de la gente, con el compromiso y la movilización ciudadana como protagonista. Sin dejar de reconocer el trabajo de los grupos políticos que han tomado iniciativas en todos los ámbitos de representación y han sido aliados de la movilización ciudadana  y feminista, en este caso.
Quienes defendemos los derechos sexuales y reproductivos y la libertad de decisión de las mujeres tenemos trabajo por delante: hay que ganar la mayoría social para impedir que en 2015 el PP tenga apoyo suficiente como para plantearse nuevos recortes en derechos, libertades y servicios públicos. El ejemplo del fraude del PP debe servir de ejemplo y sus votantes no deben perdonarles los engaños, los errores y los recortes. No sirve parar las reformas impopulares cuando entramos en campaña electoral y, en cambio, sacar los regalos de las posibles bajadas de impuestos o pretender que ahora se va a invertir en empleo o se está dispuesto a pactar con la oposición o los sindicatos y las fuerzas sociales.
Quienes hemos impulsado la lucha “por una maternidad libre y un aborto seguro”, como la Red Feminista de Albacete junto a otros, hemos de generar alternativas que nos permitan conjurar un escenario de retroceso y falta de libertades como el que vivimos en estos momentos. Esta etapa de gobierno del PP con mayoría absoluta nos ha demostrado lo rápido que pueden perderse derechos y libertades que considerábamos sólidas y permanentes. Por tanto, fortalezcamos la cultura política de la gente, apostemos por una ciudadanía que asume las riendas de su destino y no se deja engañar ni manipular ante las mentiras de determinados políticos cuya propaganda electoral edulcora los mensajes, oculta las verdaderas intenciones del gobierno y ofrece en campaña electoral lo que no cumple cuando gobierna. Es el momento de promover alianzas para que la ciudadanía sea la protagonista de los próximos gobiernos, para que no se legisle a espaldas de la gente, ni despreciando la libertad de las mujeres o contra los intereses de la mayoría.