Para el grupo municipal de
Izquierda Unida, esta feria ha transcurrido sin grandes problemas, ha tenido
público, ha permitido que hosteleros y feriantes hagan negocio y no ha traído
grandes novedades. Se han reproducido los problemas de siempre, se han
contenido los precios, ha bajado el gasto medio de familias y público, se ha
vivido con tranquilidad y se ha constatado la distancia creciente entre el
pueblo y los gobernantes. En líneas generales, una feria tranquila, con balance
positivo y aspectos claramente mejorables.
Quizás la única novedad ha sido
la presencia de protestas contra los recortes en los actos públicos y las
plataformas ciudadanas recogiendo apoyos en el recinto ferial. Ni Cospedal ni
Bayod han podido darse un baño de masas: no se han atrevido a pasear a pie de
calle para no encontrarse con los indignados por los recortes de gasto,
servicios y derechos en sanidad, educación, servicios sociales, dependencia o
discapacidad o quienes claman contra los desahucios de viviendas. A pesar de la
negativa del gobierno municipal para instalar mesas informativas, ha habido
recogida de firmas (AMPAS, Stop Desahucios y defensores de los servicios
públicos, entre otros) en contra de los cierres de servicios y actuaciones del
gobierno del PP. Hemos tenido una feria
reivindicativa y eso no ha gustado al equipo de gobierno, no ha percibido el
calor del pueblo.
Respecto a los precios hemos
tenido de todo: en la hostelería se han contenido los precios en líneas
generales y han convivido precios populares con establecimientos más
exclusivos. No obstante, las atracciones infantiles eran caras y el día
dedicado a la infancia rebajaron tanto el precio como la duración de la vuelta.
Hemos echado de menos algunas
propuestas culturales de mayor calado: grandes conciertos, obras de teatro etc.
Ha habido espectáculo con calidad y precios muy dignos, otros caros y de poca calidad y menos
conciertos de entrada libre dirigidos a jóvenes. El recorte presupuestario
drástico -del que alardea el equipo de gobierno- tiene sus consecuencias: una
feria menos lucida, también en los espectáculos pirotécnicos, sin concurso ni
exposición de artesanía, sin premios a las carrozas, etc.
En cuestiones organizativas e
infraestructuras nos felicitamos por la ausencia de problemas de seguridad, los
equipos de limpieza han trabajado duro y la feria ha estado limpia salvo en
días y horas de mucha afluencia. Han sido puntuales los fallos en el suministro
de energía como en la inauguración de la feria de artesanía. No obstante, la
cobertura de telefonía móvil era muy deficitaria y no ha sido fácil comunicarse
en el recinto ferial. En el afán de ahorro, se ha tirado “a todo lo que se
mueve”, aunque fuera barato: por ejemplo, hemos tenido quejas por la falta de
dotación de papel higiénico en los baños públicos.
El botellón en feria no ha
desaparecido ni se ha limitado a los días y espacios permitidos por la
alcaldesa. Aunque ha disminuido en afluencia y parece que ha causado menos
molestias a los vecinos, los jóvenes han desafiado la prohibición y la oferta
hostelera campando a sus anchas por el recinto ferial. Muchos se han quejado
por ser multados de camino a casa o por circular con bebidas en los alrededores
de la feria. La suciedad y la falta de respeto al espacio público en las
grandes concentraciones han persistido. La solución salomónica de Bayod no ha
gustado ni a hosteleros, ni a jóvenes y ha aliviado relativamente a los vecinos
del barrio feria.
La movilidad en feria ha sido
difícil, como siempre: se han reproducido los atascos, los problemas de aparcamiento
en toda la ciudad, ocupaciones indebidas de las aceras, obstrucciones del
carril-bici y no se ha fomentado el uso
del transporte público. La supresión del autobús gratis al recinto ferial ha
sido un error, un retroceso en la promoción de la movilidad “sostenible y
razonable” en estas fechas y ha sido disuasorio; de hecho, muchos autobuses han
circulado con poco público en estos días. Aunque cada vez se circula más en
bicicleta no se ha fomentado el uso de la misma para acudir al recinto ferial y
los puntos de aparcamientos para bicis establecidos, adecuados y seguros, no
eran conocidos por el público.
Teniendo en cuenta a los datos
facilitados por los feriantes y responsables del ayuntamiento, el volumen de
negocios ha sido positivo al igual que la afluencia de público, por lo que
llegamos a la conclusión de que la feria de 2012 ha ido bien, una feria sin
lluvia, sin problemas añadidos a los que ya sufrimos con la crisis, sin grandes
lucimientos que ha permitido disfrutar de un tiempo de ocio y fiesta antes del
inicio del curso escolar, la actividad laboral o las penurias correspondientes
a cada uno en este otoño que se inicia en unos días.
Por último, decir que no tenemos
referencias sobre los actos religiosos y taurinos, no hemos enviado cronistas
desde IU a tales eventos.