Estos
centros, según afirman los promotores de la campaña, son calificados de "agujeros del estado de derecho" y se enmarcan en un
circuito que comienza en el control de las fronteras, empujando a los
inmigrantes a viajar en condiciones penosas, como la travesía por mar desde las
costas de África, para luego pasar todo tipo de precariedades en la sociedad.
Según
informes, en diciembre de 2009, el informe "Situación de los Centros de
Internamiento para Extranjeros en España", elaborado por la Comisión
Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denunció problemas graves de
habitabilidad y de defensa jurídica en los CIES de Málaga, Valencia y Madrid, y
constató casos de torturas a internos en este último. La privación de
libertad se lleva a cabo en barracones o en edificios antiguos, sin condiciones
mínimas para habitarlos. Por ejemplo, en Málaga es un antiguo cuartel militar; en
Algeciras, en el extremo sur de España, es una cárcel que fue clausurada por su
mal estado. Todas las dependencias de los CIEs, desde la seguridad hasta los
aspectos médicos y la alimentación, están a cargo de la policía, que los
gestiona y financia. Es decir, las medidas de intervención son policiales,
mientras las sociales y humanitarias brillan por su ausencia.
Además,
faltan intérpretes y trabajadores sociales, sostiene la Plataforma de Solidaridad
con los Inmigrantes de Málaga.
Según
el CEAR, la efectividad de los CIEs es muy dudosa. Según sus estudios, y los de
distintas plataformas de apoyo a migrantes, no más de 30 por ciento de los
inmigrantes retenidos son finalmente expulsados, lo que evidencia la del gasto
en la persecución de la inmigración irregular con los métodos empleados en la
actualidad. En 2010 fueron deportados 30.163 inmigrantes, casi 21 por ciento
menos que en 2009, cuando las expulsiones sumaron 38.129, según el
"Balance de la lucha contra la inmigración ilegal" del Ministerio del
Interior.
La
diferencia entre órdenes de expulsión dictadas y materializadas se debe a que
el gobierno no cuenta con los recursos necesarios para ejecutarlas, no puede
identificar la nacionalidad de un extranjero o se encuentra con inmigrantes
procedentes de países con los que España no tiene convenios de repatriación. Quienes
no pueden ser deportados quedan en libertad, pero con una orden de expulsión
incoada que les impide regularizar su residencia en España y los deja "en
una situación de absoluta desprotección", añade el estudio.
Todas las condiciones anteriormente expuestas se dan en un contexto de retroceso en el ámbito de los servicios sociales, en el que se limita el apoyo a la participación e integración de inmigrantes, reducción generalizada de fondos y recursos para proyectos de inmigración, la eliminación de las convocatorias de proyectos de cooperacion al desarrollo y, por último, la negación de asistencia sanitaria a inmigrantes irregulares.
Por todo lo anterior, el Grupo Municipal de IU propone al Ayuntamiento Pleno la adopción de los siguientes acuerdos.
1.
El Ayuntamiento de Albacete insta al gobierno de la nación a adoptar las medidas legales necesarias para ordenar el cierre progresivo de los CIEs.
2.
El Ayuntamiento de Albacete insta al gobierno de la nación a adoptar
y formular políticas
en materia de extranjería que faciliten la integración y el arraigo sociolaboral de los inmigranes irregulares y que en caso de repatriación sea respetados los derechos humanos fundamentales de cada individuo.
3.
Trasladar los siguientes Acuerdos al congreso de Diputados, al Senado, al Ministerio de Interior, y a las plataformas en defensa de colectivos de Inmigrantes, en particular las aglutinadas en la Campaña estatal “CIES NO”.
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